El tiempo pasa, y Marcelo Ortiz sigue en Tucumán. Se instaló en 2019 y, desde entonces, el “Decano” se convirtió en su lugar en el mundo. El único paréntesis en su estadía fue en 2024, cuando pasó a préstamo a Independiente de Santa Fe. Disputó 42 partidos y marcó dos goles. Al finalizar el préstamo, regresó para pelear por un puesto en Atlético. Sin embargo, apenas sumó tres partidos en el Apertura, en un semestre irregular para el equipo.

El correntino no baja los brazos y está dispuesto a seguir dando pelea. Considera que la pretemporada es clave para ponerse a punto y volver a mostrar sus condiciones. “El primer semestre no fue lo que esperaba por diferentes cuestiones, y ahora apunto a cambiar esa imagen en el Clausura. Primero por mí y también por el equipo. Sé que tenemos que levantarnos porque tuvimos un mal arranque en el torneo anterior. Ahora no tenemos mucho margen. Primero hay que salir de la zona baja y, después, soñar con algo importante hacia fin de año”, explicó.

Ortiz tiene la versatilidad de poder desempeñarse tanto de zaguero como de lateral derecho. “Mi puesto natural es en la zaga, pero también puedo jugar por la banda. De hecho, los pocos minutos que tuve el semestre pasado fueron en esa posición, así que trato de adaptarme y aportar desde donde me toque”, afirmó. En ese sector, el “Decano” cuenta con Damián Martínez, habitual titular, y Moisés Brandán. Incluso, Pusineri está a la espera de un refuerzo que pueda asentarse por esa banda.

Otro punto a considerar es que Ortiz finaliza su contrato en diciembre de 2025. La escasa participación también entra en la ecuación al momento de pensar en su futuro. “Ya estoy entrando en mi sexto año, contando las idas y vueltas. La estadía se fue alargando, me fui sintiendo cómodo, el club estaba contento conmigo... Así que acá estamos. Este año se me termina el contrato en diciembre y después veremos qué pasa. Vamos a ver qué nos depara el fin de año, cómo termina el club, cómo finalizo yo… Después se ve        rá qué decisión tomamos”, expresó.

El Clausura se presenta como el gran desafío del “Decano”. Pusineri y sus dirigidos tienen la obligación de despegarse de la zona baja. Ortiz, en tanto, sostiene que el gran reto será fortalecer la localía y sumar la mayor cantidad de puntos posibles.

“Históricamente, Atlético es una plaza complicada. Para cualquier equipo que viene de otra provincia, jugar acá no es fácil. Me ha tocado vivirlo también desde afuera. Así que tenemos que aferrarnos a eso, recuperar esa identidad que siempre nos dio resultado. Más allá del estilo o las formas, la localía para nosotros es clave. Y hay que hacerla valer, contagiando desde adentro hacia afuera. La gente también es fundamental y, si estamos todos alineados, podemos salir adelante”, sostuvo.

También remarcó que el arranque contra San Martín de San Juan y Central Córdoba será fundamental para meterse entre los ocho mejores. “Si bien el semestre pasado arrancamos ganando, después nos costó mucho. Así que esta vez trataremos de sacar ventaja en las primeras fechas, sobre todo haciéndonos fuertes de local. Tenemos que mejorar mucho nuestras estadísticas en casa, ganar de a tres, dejar siempre los tres puntos acá y después sumar lo que se pueda afuera”, indicó.

Está claro: Ortiz quiere recuperar el protagonismo perdido. Tiene ganas de volver a ser importante. Y, por ese motivo, no bajará los brazos hasta conseguir un lugar en el equipo.

Su casa

Ortiz es un correntino orgulloso. Se crio a orillas del Paraná, la pesca es uno de sus principales hobbies y siempre está acompañado por un mate. Ama su provincia y, cada vez que puede, recorre los casi 800 kilómetros que lo separan de su familia para reencontrarse con ellos.

“No me voy de vacaciones a otros lugares, siempre vuelvo a Corrientes para estar con los míos. Nos sentimos muy cómodos allí. Tenemos río, playa, casas para pasar el día... Siempre aprovechamos para ir a pescar, disfrutar del río y comer algo ahí a la orilla. Es muy lindo”, describió.

Uno de los grandes recuerdos que guarda de la provincia litoraleña es el nacimiento de su hija en julio de 2020. Debido al parate por la pandemia, el defensor y su familia decidieron pasar el confinamiento en Corrientes. Allí nació Alma Ortiz, que ya tiene cinco años. “Estábamos allá por las restricciones que había en ese momento”, contó.

Corrientes, de este modo, es su lugar en el mundo. Ortiz ama su ciudad y sueña con regresar algún día.